La autocompasión y la capacidad de perdonarse a uno mismo pueden ser las claves para aliviar el estrés a largo plazo, dicen investigadores de la Universidad de Brandeis.
Abril es el Mes de Concientización sobre el Estrés. Eso significa que ahora es el momento perfecto para observar de cerca los niveles de estrés en tu vida. ¿Sientes que temes abrir tu correo electrónico por la mañana, temeroso de agregar otra tarea más a la lista de tareas pendientes que ya es imposiblemente grande? ¿Te encuentras comiendo o bebiendo en exceso en un intento de adormecer tus sentidos y evitar enfrentarte a los problemas? ¿Estás tan estresado que tu temperamento está fuera de control? ¿Te encuentras descargando tus frustraciones en las personas que te rodean?
Cualquiera que sea tu reacción natural al estrés, una cosa está clara: los altos niveles de estrés pueden provocar problemas graves.
Hay innumerables estrategias para aliviar el estrés ¿Qué pasaría si pudieras prevenir el estrés incluso antes de que tuviera la oportunidad de comenzar? Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Brandeis sugiere que la clave para una vida libre de estrés es la autocompasión. El estudio, publicado en la edición de marzo de 2014 de la revista Brain, Behavior, and Immunity (“Cerebro, Comportamiento e Imunidad”), encontró que las personas que son capaces de perdonarse a sí mismas por sus propios defectos y errores en realidad son más sanas y están menos estresadas que quienes no lo hacen.
En el estudio, se evaluó a un grupo de 41 personas en un entorno de laboratorio. En la primera parte de la prueba, se pidió a los participantes que respondieran una serie de preguntas diseñadas para medir su capacidad de perdonar y tener compasión de sí mismos. Las respuestas a preguntas como “Trato de ser comprensivo y paciente con los aspectos de mi personalidad que no me gustan” y “Estoy desaprobando y juzgando mis propios defectos e insuficiencias” les dijo a los investigadores qué sujetos de prueba perdonaban más sus propias deficiencias.
Después de registrar esos resultados, los investigadores sometieron a los mismos individuos a pruebas de estrés realizadas para producir reacciones físicas en el cuerpo. Descubrieron que las personas que obtuvieron puntuaciones más altas en autocompasión obtuvieron puntaciones significativamente más bajas en sus niveles de estrés. Por el contrario, las personas autocríticas exhibieron niveles de estrés mucho más altos que sus contrapartes compasivas. No solo eso, sino que las personas autocríticas tendían a aferrarse al estrés durante períodos de tiempo mucho más largos.
Los altos niveles de estrés están asociados con una larga lista de problemas de salud graves, que incluyen enfermedades cardíacas, depresión, dolores de cabeza, diabetes e incluso la enfermedad de Alzheimer. Disminuir los niveles de estrés que experimentas no se trata sólo de reducir la ansiedad, se trata de reducir el riesgo de complicaciones médicas que pueden acortar y reducir la calidad de tu vida.
Actividades como el yoga, la meditación, la musicoterapia y el ejercicio pueden ser muy útiles para reducir el estrés. Pero el estudio de Brandeis nos da una nueva perspectiva sobre las causas fundamentales del problema. Si los investigadores de Brandeis tienen razón, los niveles de estrés que experimenta tienen menos que ver con tus estrategias de afrontamiento después del hecho y más con la forma en que te ves a ti mismo.
Entonces, ¿cómo aprendes a desarrollar la autocompasión? El primer paso es entenderte a ti mismo. ¿Cuáles son tus talentos naturales? ¿Tus desafíos? ¿Tu forma de comunicarte con los demás? ¿Tus desencadenantes motivacionales?
Cuando entiendes tu estilo de personalidad, tienes una imagen mucho más clara de quién eres y por qué haces las cosas que haces. Un informe general de estilo de personalidad DISC puede ser un buen punto de partida.
No importa cómo lo hagas, comprender quién eres es solo el primer paso. El segundo es el perdón.
Aunque a todos nos encantaría ser buenos en todo lo que intentamos, eso no es posible. No eres perfecto. Pero la buena noticia es que nadie más lo es tampoco. Lo intentamos, fallamos y nos volvemos a levantar. Cometemos errores, nos arrepentimos y somos defectuosos. ¿Y sabes qué? La imperfección puede ser algo hermoso si la aceptas, aprendes de ella y desarrollas la capacidad de perdonar tus propias faltas.
La lección para llevar es esta: si puedes comprenderte y perdonarte a ti mismo, vivirás una vida más larga y saludable. Desarrollar un sentido claro de uno mismo es la mejor manera de volverse menos autocrítico. Deja a un lado el odio hacia ti mismo y déjate llevar. Alexander Pope lo dijo mejor: “Equivocase es humano; perdonar es divino.”
